Editorial VOX - Viure Vallirana 88

Desde VOX condenamos todo tipo de violencia física y psicológica; de hecho, somos el único partido que pide el endurecimiento de las penas para violadores y asesinos. 

Pero, también tenemos claro que no nos someteremos a lecturas ideológicas que colectivizan al individuo, lo someten a las exigencias de grupos de interés y consagran la asimetría penal y la desigualdad; por eso votamos NO a los protocolos presentados en el último pleno. 

Tampoco nos someteremos a los censores de la “democracia post-moderna” que, erigiéndose en “sensitivity reader” (lectores de la sensibilidad), siempre en pro de lo políticamente correcto, censuren a Quevedo en la Cataluña actual por escribir aquello de que “Muchas personas cometen crímenes idénticos y su suerte es diversa”, por mucho que esto pudiera afectar u ofender a algunos catalanes que estuvieran a favor de la amnistía de Puigdemont, por ejemplo. 

Ni nos someteremos a organismos, financiados con millones de euros de nuestros impuestos, para llegar a la conclusión de que San Ignacio de Loyola, Santa Teresa de Ávila, Erasmo de Rotterdam o Gonzalo Fernández de Córdoba, contra todo pronóstico, eran catalanes (no sabemos muy bien por qué éstos en concreto, quizás porque son personajes que “molan mazo”); sin tener la misma consideración para reivindicar las figuras del General Prim, Luis de Requesens, Agustina Saragossa i Domenech o Gaspar de Portolà (todos catalanes muy conscientes de su españolidad). 

Nos estamos acostumbrando a que jugando con la semiótica se intenten transformar signos retóricos en conceptuales, mediante el sofisma propio del discurso ideológico, haciendo una especie de batiburrillo con el contenido psicológico de los mismos. 

Bien, pues nos tendrán enfrente aquellos que quieran “reinventar” la justicia y la historia, tanto en Cataluña como en el resto de España, sometiéndolas a controles de calidad políticos.